Cada sábado, la plaza central de Chisec se convierte en el centro de comercio campesino más importante para comunidades de Chisec y Fray Bartolomé de las Casas, Alta Verapaz; Ixcán, Quiché, y comunidades al sur de Petén. Raxruhá, le sigue los pasos.
Los días de mercado son una institución cultural precolombina que aún persisten en muchas comunidades con población predominantemente maya, que constituyen un espacio y tiempo para comprar, vender e intercambiar productos, así como socializar.La diferencia de este mercado con los tradicionales es que se sustentan en la producción orgánica, diversificiación de parcelas, además de pasar de la agricultura de subsistencia a una excedentaria, explica Emilio Calel, facilitador de la Red Nacional por Defensa de la Soberanía Alimentaria en Guatemala, entidad que realizó una sistematización de casos de mercados comunitarios.“Al incrementar los niveles de producción y la diversificación agrícola, se busca priorizar el consumo familiar, y con la comercialización de los excedentes, generar mayores márgenes de ingresos de los hogares, lo cual les permitiría tener mayor capacidad de compra de otros productos en el mercado comunitario, y con ello, dinamizar la economía local”, agregó Calel.Centro de comercioSiguiendo la tradición de desarrollarse en un día determinado de la semana, el día del mercado campesino en Chisec es el sábado, lo cual ha convertido a esa cabecera —y cada vez con mayor auge— en el centro de comercio de decenas de comunidades de la región, explicó Molina.Cuando arrancó en mayo de 2008, el mercado campesino contaba con un promedio de 80 familias de 53 comunidades que vendía cada sábado. La oferta era de unas 69 variedades de productos cultivados en la región.Tres años después, la plaza de Chisec reune cada sábado, en turnos rotativos, entre 215 y 230 vendedores —90 por ciento mujeres y 10 por ciento hombres— que representan igual número de familias de cerca de 90 comunidades. La oferta de productos se ha diversificado a 75 variedades, de acuerdo a un informe de Aproba-Sank.Según Molina, a la plaza de Chisec llegan cada sábado un promedio de dos mil compradores de Petén, Fray Bartolomé de las Casa, en Alta Verapaz, e Ixcán, Quiché. “Se tomó una muestra el 2 de enero de 2011 y se determinó que ese día se movieron Q39 mil 102, entre 202 vendedores”, reveló.“Nuestra meta para 2015 es que en un sábado de mercado campesino fluya como mínimo Q60 mil, lo cual es significativo si se considera que hasta ahora eran ingresos con los que no contaban las familias”, agregó el facilitador de Aproba-Sank.
Luego de dos años de trabajo, en 2008, nace el primer “mercado campesino” en Chisec que, entre otros objetivos, busca propiciar espacios de comercialización e incremento de la producción, desde la perspectiva de la soberanía alimentaria, refiere Erwin Molina, facilitador de mercados comunitarios de la Asociación Pro-Bienestar en Acción (Aproba-Sank, “hormiga”, en Q’eqchi’).
Los días de mercado son una institución cultural precolombina que aún persisten en muchas comunidades con población predominantemente maya, que constituyen un espacio y tiempo para comprar, vender e intercambiar productos, así como socializar.
La diferencia de este mercado con los tradicionales es que se sustentan en la producción orgánica, diversificiación de parcelas, además de pasar de la agricultura de subsistencia a una excedentaria, explica Emilio Calel, facilitador de la Red Nacional por Defensa de la Soberanía Alimentaria en Guatemala, entidad que realizó una sistematización de casos de mercados comunitarios.
“Al incrementar los niveles de producción y la diversificación agrícola, se busca priorizar el consumo familiar, y con la comercialización de los excedentes, generar mayores márgenes de ingresos de los hogares, lo cual les permitiría tener mayor capacidad de compra de otros productos en el mercado comunitario, y con ello, dinamizar la economía local”, agregó Calel.
Cuando arrancó en mayo de 2008, el mercado campesino contaba con un promedio de 80 familias de 53 comunidades que vendía cada sábado. La oferta era de unas 69 variedades de productos cultivados en la región.
Tres años después, la plaza de Chisec reune cada sábado, en turnos rotativos, entre 215 y 230 vendedores —90 por ciento mujeres y 10 por ciento hombres— que representan igual número de familias de cerca de 90 comunidades. La oferta de productos se ha diversificado a 75 variedades, de acuerdo a un informe de Aproba-Sank.
Según Molina, a la plaza de Chisec llegan cada sábado un promedio de dos mil compradores de Petén, Fray Bartolomé de las Casa, en Alta Verapaz, e Ixcán, Quiché. “Se tomó una muestra el 2 de enero de 2011 y se determinó que ese día se movieron Q39 mil 102, entre 202 vendedores”, reveló.
“Nuestra meta para 2015 es que en un sábado de mercado campesino fluya como mínimo Q60 mil, lo cual es significativo si se considera que hasta ahora eran ingresos con los que no contaban las familias”, agregó el facilitador de Aproba-Sank.